Hoy te extingues bajo los sauces de enero, rodeado de lo que nunca buscaste:la soledad...ni una palabra, ni un adiós, ni una lágrima, sólo el vacío y la nada donde el morir lo es todo y para siempre.
Pero anhelo oír tu voz, el lento latir de tu corazón golpeando mi pecho cuando te tenía cerca. Quiero sumergirme en la luz de tus ojos ahora y soñar con la felicidad, entre las sonrisas que fueron demasiado intermitentes en mi vida.
Estaré rodeada de tu recuerdo por la eternidad. Hoy lo sé y aún así anhelo oirte reclamar al cielo lo incomprensible de nuestra separación, nunca pudimos estar realmente juntos, eres sólo creación de mi imaginación, un secreto que jamás compartí porque eres sólo mío, junto a mi sangre fluyes recónditamente aunque alguna vez te dibujé un rostro y un nombre pero ahora deseo borrar aquel absurdo, condenarte al sinsentido porque eres al fin mortal, no quiero seguir hiriendo mis sentidos, no quiero imaginarte, cuidarás mi alma, lo sé, me llevarás al paraíso porque ahora te convertí en mi ángel. Morirás y volverás a renacer para ser eterno. Te extingues en esta tarde de enero, déjame ir contigo pues no quiero seguir muriendo sin ti cada día ...
